En Rafaela, Santa Fe, las empresas familiares son clave en el crecimiento económico y la generación de empleo. Este fenómeno se replica en otras ciudades argentinas, destacando su impacto en la comunidad.
En la ciudad de Rafaela, Santa Fe, se destaca la presencia de múltiples empresas familiares que han sido fundamentales en el crecimiento económico y la generación de empleo en la región. Este fenómeno no es exclusivo de Rafaela, ya que ciudades como San Francisco en Córdoba y Río Cuarto también presentan características similares, donde varias empresas familiares han forjado el desarrollo local.
El sector lácteo es uno de los ejemplos más notables, con la competencia histórica entre Molfino y la familia Williner, dueña de La Paulina e Ilolay. A pesar de la pérdida de relevancia en comparación con Villa María, Rafaela sigue siendo un epicentro de la industria láctea argentina. Sin embargo, Molfino ahora pertenece a la empresa canadiense Saputo, y la marca Williner fue adquirida hace poco más de un año por el grupo francés Savencia, que ya controlaba Milkaut en Argentina.
En el ámbito de las autopartistas, la competencia entre Válvulas 3B, de la familia Basso, y Edival, de la familia Valsagna, ha sido significativa. Ambas empresas, con cerca de mil empleados directos cada una, han sobrevivido a diversas crisis en la historia argentina. Recientemente, Edival fue adquirida por el gigante alemán Mahle, mientras que Válvulas 3B continúa como una empresa familiar argentina, facturando alrededor de 70 millones de dólares anuales, con más del 90% de sus ingresos provenientes de exportaciones.
Otra empresa familiar destacada es Rafaela Alimentos, dirigida por la familia Lagrutta, que cuenta con una trayectoria centenaria. Esta empresa no solo posee una planta frigorífica en Rafaela, sino también otra en el sur de Santa Fe, convirtiéndose en uno de los principales exportadores de carne vacuna y uno de los tres grandes productores de embutidos en el país, bajo la reconocida marca Lario.
Las empresas familiares de Rafaela, junto a muchas otras de menor tamaño, son los principales generadores de empleo privado en la ciudad. Este modelo de negocio se reproduce en otras localidades, donde la presencia de múltiples empresas familiares actúa como motor de desarrollo y prosperidad. Esta es la historia de Rafaela, un ejemplo de cómo varias empresas familiares pueden ser tractores de su comunidad.
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