José Chediack creó la marca Oliovita a fines de los 90 y se convirtió en la productora fetiche de las cadenas de retail. La historia detrás del aceite de oliva.
Alrededor de dos de cada 10 botellas de aceite de oliva que se venden en los supermercados pertenecen a la misma empresa. Desde hace más de dos décadas que la compañía Solfrut se dedica al negocio olivícola, entre otras unidades en las que tiene puesto el ojo. Dentro de este rubro tiene presencia directa en góndola a través de su marca Oliovita, aunque también produce para otras etiquetas. Sus comienzos fueron de prueba y error.
José Chediack nació en San Luis pero al poco tiempo se trasladó a Buenos Aires por el trabajo de su padre. Ahí estudió ingeniería industrial y fue haciendo sus primeras armas en la pata agropecuaria del grupo familiar. En particular, desarrollaba trabajos agrícolas en la Pampa húmeda. Sin embargo, había algo que le llamaba la atención.
Esa unidad del negocio contemplaba producción agrícola, ganadera y lechera, pero a Chediack le interesaba incorporar el eslabón final. Quería integrar la cadena, hacer la materia prima y luego el producto elaborado. Eso lo llevó a interiorizarse más sobre las economías regionales. Así fue que en los 90 hizo un primer acercamiento en San Juan con una plantación de olivos. «Fue un período de innovación y búsqueda de conocimientos a través de nuestros pares y clientes, con universidades y centros de investigación», contó en diálogo con revista APERTURA.
EL NACIMIENTO DE OLIOVITA
Tras esta experimentación se dio cuenta que estaba listo. Se separó del grupo familiar, fundó Solfrut y en 1998 presentó la marca Oliovita. Un año antes ya había construido una planta en una finca al este del territorio sanjuanino. Ahí mismo también había armado una bodega que compartía espacio con la fábrica aceitera. «Desarrollamos aceites de muy baja acidez y una botella adaptada a la mesa para no seguir usando aceitera», detalló el fundador.
Con su etiqueta ya instalada en el mercado, en 2004 invirtieron para lanzar su variedad orgánica como una producción limitada. Primero fueron 50 hectáreas de cosecha para vender en Argentina y Brasil. Hoy ya cuentan con 200 hectáreas de plantación y fabrican 65.000 botellas de aceite de oliva orgánico por año.
MARCAS BLANCAS
A partir de 2008 la firma empezó a trabajar con más fuerza con distribuidores en el interior para tener mayor llegada. A esto se le sumó el crecimiento de una pata que, actualmente, representa gran parte del negocio: el fasoneo.
Desde 2012 potenciaron la unidad de marcas blancas elaborando el aceite de oliva para las marcas propias de varias cadenas de supermercados como Jumbo, Carrefour, La Anónima, Walmart y Coto. Estas etiquetas, junto a Oliovita, se llevan más de un 20% del share de ventas dentro del rubro.
¿LA MÁS GRANDE DE LA REGIÓN?
El próximo gran objetivo de la empresa es culminar su nueva fábrica de fraccionado. Este proyecto se inició en 2019 con una inversión total planificada de u$s 14 millones, no obstante, la pandemia demoró su finalización.
Una vez terminada la obra Solfrut tendrá 4000 toneladas de capacidad de guarda y molerá unas 600 toneladas de aceitunas por día. Esto implica cerca de 100 toneladas diarias de aceite de oliva. Esperan que la tercera y última etapa del proyecto esté lista para este año o el próximo.
Vía: El cronista.
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